Día de Muertos
2 de noviembre, fecha en que todos los mexicanos nos llenamos de bonitos recuerdos de nuestros seres queridos que no nos acompañan en esta dimensión llamada vida.
La tradición se originó al sur de México hace más de tres mil años con las primeras celebraciones de almas difuntas.
A medida que las personas se trasladan a diferentes partes del mundo, el Día de Muertos ha sido reconocido más allá de las fronteras mexicanas. Es una fecha de celebración en Estados Unidos gracias a la difusión en redes que se ha recibido y de mucha gente mexicana viviendo fuera del país.
El Día de Muertos no es un día de luto, sino de alegría, reconoce la muerte como parte de la experiencia humana. Busca honrar la vida de los difuntos para que aparten un día y despierten de su sueño eterno para compartir comidas, bebidas y celebraciones con sus familiares.
El altar de muertos se basa en la creencia que el espíritu del difunto, regresa a convivir con la familia; por ello se les coloca la comida y bebida favorita, la foto del difunto, pan de muerto, flores, papel picado, velas, calaveras de azúcar e incienso. La mayoría de los altares tienen distintos tipos de frutas, cereales y semillas, pero ¿en realidad regresarías a comerte una manzana y nueces? ¿o preferirías un corte de carne, pasteles, dulces y snacks picositos? Porque yo si.